Tras el devastador incendio que arrasó partes de Viña del Mar, dejando a miles de familias sin hogar, la Sociedad Chilena de Humanización en Salud (SOCHIIHS) respondió con una caravana solidaria, liderada por el presidente Claudio Aránguiz y la vicepresidenta Vanessa Mora. El equipo, compuesto por socios y estudiantes de TENS, llevó no solo ayuda material sino también ofreció acompañamiento y contención emocional a los afectados.
Claudio Aránguiz compartió una experiencia conmovedora con la señora María, quien lamentaba la pérdida de su perrita «Pepita» más allá de su hogar destruido. Su historia, como muchas otras, subraya la profundidad del impacto emocional del desastre. La iniciativa también incluyó momentos de alegría y respiro para los más pequeños, con actividades de juego y entretenimiento lideradas por Dorothy, socia, actriz y clown de SOCHIIHS.
Vanessa Mora visitó centros de acopio operados por familias que, aunque no perdieron su hogar, se dedicaron a ayudar a sus vecinos, especialmente a los adultos mayores. La entrega de ropa, medicamentos y alimentos, junto con momentos de cariño y apoyo, marcó una diferencia tangible para quienes trabajaban incansablemente en la recuperación.
La caravana no solo se centró en la entrega de donativos sino también en facilitar el acceso a la atención sanitaria en colaboración con equipos de salud locales, reconociendo las dificultades adicionales que enfrentan las personas para obtener servicios médicos esenciales en tales circunstancias.
Alejandra Ramos, Subdirectora de Gestión del Cuidado del Hospital de Quilpué y socia de SOCHIIHS, destacó la renuencia de las personas a buscar atención en centros de salud, lo que llevó al equipo a trasladarse a las áreas más afectadas para ofrecer su apoyo. Se entregaron donaciones esenciales, incluyendo ropa y suministros médicos, a los 20 funcionarios del hospital que lo perdieron todo.
Este esfuerzo subraya la importancia de la solidaridad y el acompañamiento humano en tiempos de crisis. La experiencia de SOCHIIHS en la 5ta región no solo fue una misión de ayuda, sino una valiosa lección sobre el impacto transformador del cuidado y la compasión humanos. Demuestra que, al compartir nuestra humanidad, podemos aliviar el sufrimiento y, a la vez, enriquecer nuestras vidas y las de quienes nos rodean.